En junio, los depósitos a plazo fijo en soles y dólares en el sistema financiero peruano disminuyeron 1.9% anual, según datos del Banco Central de Reserva (BCR). Este comportamiento varía respecto a los crecimientos a doble dígito observados antes de 2025, destacando un cambio en la dinámica de ahorro y oferta bancaria.
Este descenso ocurre luego de una política monetaria que elevó tasas desde agosto de 2021 para contener la inflación generada primero por la pandemia y luego por efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania.
La tasa de política monetaria alcanzó un máximo de 7.75% en agosto de 2023, trasladándose a los rendimientos de depósitos a plazo. Posteriormente, desde septiembre de 2023, la tasa de referencia disminuyó, afectando la rentabilidad de estos instrumentos y generando una reducción en la competencia para captar depósitos.
Ajuste en la oferta y retornos de depósitos a plazo
El nuevo entorno llevó a que bancos y financieras limiten las ofertas de depósitos a plazo y reduzcan campañas especiales. En algunos casos, se establecieron restricciones a montos máximos de inversión.
La Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) reporta que las ofertas de cuentas de ahorro con mayores costos para el cliente, que no están destinadas a inversiones, se han reducido hasta en 44% en el mercado.
Comportamiento en la renovación de depósitos
La baja rentabilidad impactó en la reconsideración de renovación automática de cuentas a plazo fijo. Según Arturo García, director de DESAN, en una entrevista con Gestión, algunas personas no renovaron debido a la salida de fondos de CTS (cuentas remuneradas con mayor interés) y a retrasos en la autorización de nuevos retiros de fondos de AFP. Esto pudo haber llevado al uso de estos recursos para gastos corrientes o pago de deudas.
Migración hacia otras alternativas de inversión
La volatilidad en mercados internacionales genera incertidumbre en inversionistas, quienes optan por mover fondos hacia instrumentos considerados más estables o propios del sistema financiero formal. El efecto se observa principalmente en los fondos gestionados por la banca, dado que las cajas municipales aún dependen de créditos y financiamiento propio.