Un terremoto es causante de muchos daños, por ello, el Gobierno, el sistema de salud, entre otras organizaciones, luego de ocurrido, evalúan los daños para hacer un balance entre las muertes y lesiones, e identificar el alcance y costo que dejó el desastre natural en la infraestructura pública y los bienes personales.
Sin embargo, esto solo se centra en el costo de los daños a la propiedad, sin considerar la importancia de cuantificar cuánto le tomará recuperarse a los afectados, sobre todo, tomando en cuenta sus niveles de pobreza.
Nuevos estudios
Frente a esta problemática, unos ingenieros civiles de la Escuela de Ingeniería de Standford, junto a Stéphane Hallegatte y Brian Walsh, economistas del Banco Mundial, elaboraron un modelo de evaluación de desastres naturales.
Este estudio combina las estimaciones de daños de la propiedad con los impactos económicos de toda una comunidad, sobre todo aquellos ocasionados por la industria y el empleo, y los costos sociales que afectan a las personas y familias.
Cabe resaltar que, hasta antes de este estudio, nadie había unido las pérdidas en el ámbito de infraestructura y las consecuencias del dolor y sufrimiento que dejan este tipo de desastres en la sociedad.
Pruebas
Según un estudio publicado en la revista Nature Sustainability, los investigadores realizaron pruebas a su modelo poniendo como ejemplo un terremoto de 7.2 en la falla de Hayward, cerca a San Francisco.
Al respecto, Jack Baker, profesor de ingeniería civil y ambiental de Stanford, explicó que este modelo permite cuantificar el dolor y sufrimiento de la dente después de un terremoto, el cual depende de su nivel socieconómico.
Es así que, los expertos combinaron dos aspectos: daños de propiedades y un concepto llamado bienestar. De esta manera, se calcula los ingresos y niveles de consumo de las personas de diferentes niveles socieconómicos para otorgarle un valor numérico al bienestar.
Cabe resaltar que bienestar se entiende por como se siente las personas durante su vida cotidiana mientras se recuperan del desastre.
Por ejemplo, si se estudia el derrumbe de un edificio en particular, también se analizaría cómo esto afecta a los lugares de trabajo de las personas y como afectaría a las industrias y al poder adquisitivo, lo cual generaría una disminución en la sensación de bienestar.
Resultados
Por otro lado, al evaluar los cuatro niveles de ingresos, se identificó que los que se encuentran en la parte inferior sentían una pérdida de bienestar de 60%, mientras que los de la parte superior, solo un 25%.
Markhvida sostuve que en realidad tiene sentido que la gente que tiene menos, sienta que la vida se pone un poco más difícil cuando pierden algo.
Finalmente, Baker comentó que el modelo podría ayudar a las autoridades a definir las políticas de apoyo frente a desastres y considerar no solo los daños a la propiedad, sino al bienestar de las personas.
Otros desastres
En principio el modelo fue adaptado a terremotos, pero los especialistas esperan poder enfocarlo en huracanes, tornados, inundaciones, entre otros tipos de desastres naturales que impacten en el ámbito económico y sociológico.
Esto, con la finalidad de brindar a las autoridades nuevas herramientas para planificar acciones frente a este tipo de desastres.