Las principales cadenas de comida rápida en Estados Unidos decidieron eliminar temporalmente las cebollas frescas de sus menús. Esta medida sigue a la identificación de la verdura como posible fuente de un brote de E. coli en McDonald’s.
El brote ha afectado a 49 personas y ha causado una muerte en el Medio Oeste y algunos estados del Oeste. Como resultado, McDonald’s retiró la Quarter Pounder de su menú en una quinta parte de sus 14.000 restaurantes en el país.
Mike Taylor, un abogado experto en seguridad alimentaria, comentó que «los productos agrícolas son un problema mucho más difícil». Esto se debe a que, a diferencia de la carne, los productos frescos no se cocinan antes de ser consumidos.
Donald Schaffner, experto en seguridad alimentaria, afirmó que una cocción adecuada es una «bala de plata» contra la contaminación. Esto resalta la importancia del proceso de cocción para eliminar patógenos peligrosos.
Los cultivos pueden contaminarse debido a heces de animales silvestres o por el uso de agua de riego contaminada. La E. coli puede provenir del ganado y otros animales, lo que complica aún más la seguridad alimentaria.
La contaminación también puede ocurrir durante el manejo o corte de las cebollas. Samadpour subrayó que se han implementado pruebas más rigurosas para la carne desde episodios anteriores de contaminación en la década del 2010.
Aunque se aplican pruebas estrictas a los productos agrícolas, estas no siempre son efectivas para detectar contaminaciones menores. Cuanto más limpio sea el producto, más difícil resulta identificar cualquier contaminación presente.
Medidas estrictas
Los proveedores de McDonald’s realizan pruebas de productos con regularidad y lo hicieron durante el periodo indicado por los Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades. Según portavoces de la compañía, ninguna prueba detectó esta cepa de E. coli.
Wendy’s también ha enfrentado problemas similares; En 2022, retiraron lechuga de varios restaurantes tras sospechas de un brote de E. coli que afectó a muchas personas. En 2006, Taco Bell tuvo que lidiar con un brote relacionado con su lechuga, que enfermó a 71 personas.
La contaminación puede abarcar más que solo patógenos como E. coli y salmonela. En 2018, McDonald’s se enfrentó a un brote parásito vinculado a sus ensaladas, que afectó a casi 400 personas.
La Ley de Modernización de la Seguridad Alimentaria de 2011 obligó a la Administración de Alimentos y Medicamentos a establecer normas para la producción segura de frutas y verduras. Schaffner, de Rutgers, destacó que la FDA introdujo regulaciones para productos agrícolas que antes carecían de supervisión.
“Muy a menudo el patrón es que tenemos un problema de salud pública o un problema de seguridad alimentaria y eventualmente el Congreso reaccionará”, comentó Schaffner. Esto indica una tendencia en la que las crisis impulsan cambios regulatorios.
Taylor, exfuncionario de la FDA, sugirió que la regulación gubernamental ha mejorado la seguridad en la carne vacuna, pero es mejor que los compradores lideren la mejora en otros productos. Considere que las cadenas de comida rápida pueden «modernizar y armonizar» los estándares esperados de sus proveedores.
Samadpour, experto en seguridad alimentaria, afirmó: «Lo único que podría destruir con seguridad los microbios es la radiación, pero nadie la quiere.» Este método es poco práctico para los volúmenes vendidos y genera desconfianza entre los consumidores.