La situación actual de crisis sanitaria en Latinoamérica y el respeto al momento por muertos de covid-19 han hecho que el certamen internacional, a realizarse en Brasil, acumule una ola de incidencias sociales, políticas y comerciales.
Críticas de jugadores, lío judicial y fuga de patrocinadores
Ese es el contexto donde empezará el domingo la Copa América; en una nación devastada por la pandemia que decidió organizar a última hora la edición más controvertida de la historia reciente del torneo.
La Corte Suprema de Brasil despejó las dudas en el plano judicial al rechazar en la víspera tres recursos que pedían la suspensión del torneo por la altísima incidencia del coronavirus en el país, que acumula cerca de 500,000 muertos en menos de un año y medio.
Unos días antes, el martes, los jugadores de la selección brasileña ahuyentaban el fantasma del boicot, aunque con duras críticas a la Conmebol, organizadora del torneo.
La máxima autoridad del fútbol sudamericano se ha empeñado en llevar adelante esta Copa América, que ya fue postergada en el 2020 por la pandemia, a pesar de la negativa de las dos sedes previstas inicialmente, Colombia y Argentina.
Después de tanto ruido, la Copa América de Brasil ha perdido dos nuevos e importantes patrocinadores, Ambev y Diageo los cuales han decidido abstenerse de exhibir sus marcas en esta edición. Ninguna de ellas ha querido tener asociada su imagen a la ya apodada como «Covid América».
Diageo es una compañía británica de bebidas destiladas, dueña del whisky Johnnie Walker, el vodka Smirnoff y el gin Tanqueray. Por su parte Ambev es el gigante mundial de cervezas. Ambas han retirado sus acciones de promoción y marketing.
Cabe resaltar que la multinacional Mastercard fue la primera marca en decidir desvincular su nombre de la Copa América.
Por otra parte y ya con todos los frentes despejados, el certamen futbolístico empezará el domingo con las diez selecciones suramericanas divididas en dos grupos. En el A estará Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay; y el B, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.
De continuar la misma tendencia pandémica, el país superará la trágica marca de las 500,000 muertes por COVID-19 durante la celebración de esta polémica Copa América, que finalizará el 10 de julio en el estadio Maracaná.