En Perú, la historia siderúrgica data desde 1940. Durante el gobierno del presidente Manuel Prado se contrató a la firma H.A Brassert para que haga los estudios técnicos que determinarían la viabilidad de implementar una empresa siderúrgica peruana que pueda abastecer la demanda nacional.
Estos estudios concluyeron con que la ubicación idónea para esta primera planta siderúrgica sería en Chimbote, por su cercanía con el proyecto hidráulico del Cañón del Pato y el proyecto del puerto.
Entre 1950 y 1960, la consolidación del acero como una industria clave incentivará a los gobiernos del mundo a implementar sus propias siderúrgicas.
En Perú, en 1956, debido al impulso del entonces presidente Manuel Odría, aparece la empresa estatal siderúrgica nacional con el nombre de Sociedad de Gestión de la Planta Siderúrgica de Chimbote y de la Central Hidroeléctrica del Cañón del Pato (SOGESA). Años después pasaría a llamarse SiderPerú.
Aprovechando este contexto, poco años después, en 1964, Ricardo Cillóniz Oberti funda la empresa Aceros Arequipa convirtiéndose en el precursor de la siderurgia peruana en el sector privado. Esta nueva compañía nacional inició sus operaciones en la ciudad de Arequipa, con 69 trabajadores. Sus primeros productos fueron las barras lisas de acero.
Con el tiempo, Ricardo Cillóniz se convirtió en una figura clave en la empresa. Además, de fundar Aceros Arequipa fue el promotor del nacimiento de la Corporación Aceros Arequipa. En ella, Cillóniz integró su directorio durante 34 años consecutivos y fue presidente del misma por el lapso de ocho años.
Hoy la Corporación Aceros Arequipa S.A. (CAASA) es la empresa siderúrgica peruana líder en la producción de acero, con una creciente presencia regional en Bolivia, Colombia, Ecuador, Chile y Estados Unidos.
En 2022, alcanzaron los S/ 5,343 millones en ventas netas y S/ 783 millones de utilidad bruta.
Acero peruano
Casi veinte años después de su fundación, en 1983, Aceros Arequipa inaugura su segunda planta en la ciudad de Pisco (región Ica) donde fabricaban barras corrugadas y alambrones. En ese momento, la empresa contaba con más de 250 trabajadores y producían 65 mil toneladas anuales.
En 1988 se fusionan con Laminadora del Pacífico S.A. con el fin de ampliar sus operaciones en la fabricación de palanquillas (barras de acero).
Sin embargo, la fusión que fortalece la compañía sucedió en 1997 cuando la empresa arequipeña se fusiona con Aceros Calibrados S.A. y así nace la Corporación Aceros Arequipa S.A.
Esta decisión empresarial permitió que, en 1998, superaran las 200 mil toneladas de producción de acero y, cinco años después, alcanzaran la cifra récord de producción: 300 mil toneladas de acero anual.
Malos ratos
Las buenas noticias de la producción y el crecimiento se vieron opacadas por la muerte del fundador. Ricardo Cillóniz muere en 1998, luego de haber dirigido la empresa durante 34 años.
Un año después de esa mala noticia, Correos del Perú puso en circulación una estampilla alusiva al aniversario 35 de Aceros Arequipa donde se destaca la figura del fundador y su aporte a la producción siderúrgica nacional.
Otro mal rato para la compañía sucedió en noviembre de 2016, cuando anunciaron la suspensión definitiva de sus actividades de producción en su planta de Arequipa, debido a la «competencia desleal» generada por la importación a precios dumping provenientes de China. Desde ese momento, su producción se concentró en la planta de Ica mientras que la planta del sur peruano quedó como un gran centro de distribución.
Crecer en proyectos
En el año 2024, Aceros Arequipa cumplirá 60 años de operaciones en el Perú.
Hoy, entre los principales accionistas están los hermanos Ricardo y Reneé Cillóniz Champin; además, los hermanos Peschiera Alfaro y los Montori Alfaro; entre otros inversionistas.
Actualmente tiene plantas de producción en Pisco y Lima, donde produce barras de acero, tubos, clavos, alambres, entre otros productos. Mientras que en las ciudades de Piura, Trujillo, Arequipa y Callao tienen almacenes y patios de chatarra.
Fuera de Perú, Aceros Arequipa tiene una fábrica de tubos y conformados en Bolivia. En Estados Unidos, Colombia, Ecuador y Chile tienen patios de chatarra, almacenes y oficinas comerciales.
A la fecha produce un total de 1’350,000 toneladas de acero y cuenta con una fuerza laboral de 1800 trabajadores a nivel nacional.
En su complejo siderúrgico ubicado en la provincia de Pisco han logrado un nivel de producción de más de 1’170,00 toneladas métricas de barras de acero anual.
Sus ventas totales, en el 2022, ascendieron a 5,211 millones de soles, lo que representó un aumento de 4% en comparación con el año anterior. Ello fue impulsado por mayores ventas locales; además, de Bolivia, Brasil y Colombia.
Sus principales segmentos de mercado son la autoconstrucción, el inmobiliario, la industria y la minería.
Un hecho importante en su contribución al medio ambiente ocurrió en marzo de 2023, cuando el BBVA le otorgó un financiamiento por US$40 millones con la finalidad de que la compañía arequipeña aporte en la eliminación y reutilización de residuos sólidos contaminantes (acero reciclado) y transformarlos en nuevos productos de acero. Se trata de la primera línea de financiamientos de importación sostenible del sector del acero en el Perú.