El congresista Alejandro Muñante, perteneciente a la bancada de Renovación Popular, ha presentado un proyecto de ley destinado a promover la reconstrucción del penal El Frontón, ubicado en el Callao, y la ampliación del penal de Challapalca para albergar a reclusos de máxima seguridad.
Como se recuerda, el penal El Frontón comenzó su funcionamiento en 1917, durante el segundo mandato de José Pardo y Barreda, en una isla deshabitada cercana al Callao. Su propósito original era albergar a los delincuentes más peligrosos del país.
Este centro penitenciario operó desde 1917 hasta finales de la década de los 80, durante el primer gobierno de Alan García. Sin embargo, su cierre se produjo tras un trágico suceso que involucró la pérdida de más de 100 reclusos durante operaciones militares llevadas a cabo por la Marina. En la siguiente nota, se detalla el motivo que desencadenó el cierre de esta institución penitenciaria.
La masacre en El Frontón
En la madrugada del 18 de junio de 1986, los reclusos de El Frontón desataron un motín en el pabellón Azul. En aquellos días, mientras se llevaba a cabo la conferencia mundial de la Internacional Socialista, a la que asistieron 22 presidentes, incluido el presidente Alan García, junto con decenas de representantes de partidos políticos y aproximadamente 500 periodistas extranjeros.
Los prisioneros tomaron como rehenes a guardias penitenciarios y periodistas con el objetivo de presionar a las autoridades para que atendieran su pliego de demandas, el cual incluía la eliminación de requisas y registros, el cierre del penal de Canto Grande, la negativa a ser trasladados a otras instituciones penitenciarias y la mejora de las condiciones carcelarias.
Por otro lado, el presidente García envió una comisión negociadora conocida como la Comisión de Paz, sin embargo, las negociaciones no llegaron a buen término. Ante esta situación, García y su Consejo de Ministros decidieron tomar medidas para controlar los motines. El viceministro del Interior, Agustín Mantilla, anunció que, de no rendirse los amotinados, se utilizaría la fuerza para detenerlos.
A partir de las 3 a.m. del 19 de junio, comenzó la represión, durante la cual, según el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), «la Marina utilizó no solo armamento convencional, sino también bazucas, morteros, dinamita y explosivos de alto poder, como el C-3, para demoler el pabellón Azul».
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Además, el presidente del Congreso, Alejandro Soto, realizó una inspección de las instalaciones de El Frontón. Según una nota de prensa emitida por el Parlamento, Soto también está considerando una iniciativa similar para la reconstrucción y reactivación de este complejo penitenciario.