En un mundo donde la tecnología transforma la experiencia de compra, desde hace cuatro años, los centros comerciales en Perú vienen implementando las cajas automáticas de venta. Supermercados como Tottus y Plaza Vea ya ofrecen en el país una alternativa a los consumidores para agilizar sus compras y reducir la espera en las filas.
Es cierto que esta innovación prometía rapidez y privacidad en el proceso de compra, al mismo tiempo que permitía a las compañías optimizar costos al requerir menos personal. No obstante, la comodidad de estas cajas no está alejada de controversia. La abogada estadounidense Lindsey Granados, quien se ha hecho famosa en TikTok, ha compartido múltiples casos de clientes acusados injustamente de hurto en supermercados debido a fallas en el funcionamiento de las cajas automáticas.
«Esas máquinas son defectuosas en muchos sentidos y no son sensibles a las particularidades y, lamentablemente, no escanean elementos de vez en cuando«, afirmó Granados en una entrevista reciente.
Los casos en los que los clientes han sido acusados de robo debido a errores de escaneo han generado preocupación en la comunidad, ya que los clientes se encuentran en situaciones incómodas e injustas.
¿Cuáles son las consecuencias?
A medida que los supermercados buscan abordar este problema y reducir los índices de hurto, cada vez se preparan más para introducir tecnología avanzada de autoservicio.
Según informes, alrededor de un tercio de los compradores no pagan por todos sus artículos al utilizar las cajas automáticas, aunque no siempre de manera intencional. Además, los ladrones han encontrado en estas cajas una oportunidad para robar artículos más costosos de manera discreta.
¿Qué es lo que pide el consumidor?
Aunque la tecnología de autoservicio en el retail está en aumento, los últimos estudios sugieren que existe una desconexión entre las expectativas de los consumidores y lo que las empresas están ofreciendo con las cajas automáticas.
La encuesta Tech at Retail 2022, realizada por ChaseDesign/JGA en el mercado norteamericano, destaca la demanda de los consumidores por una mayor presencia de autoservicio, mapeo de tiendas y aplicaciones móviles.
En este sentido, el estudio también revela que las cadenas y las marcas han centrado demasiado su atención en tecnologías como realidad aumentada, realidad virtual y códigos QR, que pueden no ser tan valiosas para los compradores debido a su complejidad y su impacto negativo en la experiencia del cliente.
Esto ha generado una brecha entre lo que los consumidores desean y lo que las empresas ofrecen, lo que insta a las compañías a abordar estas diferencias de manera inmediata.
Las cajas automáticas en han revolucionado la experiencia de compra al ofrecer agilidad, pero su adopción también ha suscitado preocupaciones sobre la precisión y confiabilidad de estas máquinas. A medida que los supermercados luchan por equilibrar la comodidad con la seguridad, el desafío radica en encontrar soluciones que satisfagan las expectativas cambiantes de los consumidores y brinden mejores experiencias.