Citi ha revisado al alza su visión sobre el mercado del cobre, presentando una proyección para el cobre que refleja un escenario optimista a corto plazo. El banco elevó su estimación a tres meses a US$10,000 por tonelada, superando los US$8,500 previos. Esta decisión se basa en una demanda creciente en Estados Unidos y restricciones en la oferta global. Sin embargo, los analistas advierten que, tras este pico esperado en marzo, los precios podrían corregirse en la segunda mitad de 2025 debido a factores externos.
Razones detrás de la proyección de Citi para el cobre
El equipo de Citi, liderado por Tom Mulqueen, señala que la demanda temporalmente más fuerte de importaciones de cobre en EE.UU. impulsa esta subida. Además, restricciones en el suministro de concentrado y chatarra refuerzan la escasez.
Por lo tanto, esta situación podría sostener el mercado físico hasta mayo o junio, a pesar de los aranceles que Donald Trump planea implementar el 2 de abril. No obstante, los expertos anticipan un debilitamiento posterior, vinculado a la implementación de estos gravámenes y a una menor demanda estadounidense.
Impacto en Perú y Chile
La proyección de Citi para el cobre tiene implicaciones directas para Perú y Chile, donde el metal rojo es un pilar económico. Aunque China domina como comprador (34% de las exportaciones peruanas en enero de 2025, según Mincetur), EE.UU. sigue siendo clave.
Chile exportó US$17,100 millones en cobre refinado en 2023, con un 11.3% hacia EE.UU. Perú, por su parte, envió US$2,790 millones, de los cuales US$705 millones fueron a ese mercado. Además, las exportaciones mineras chilenas crecieron un 8.2% en enero, alcanzando US$9,145 millones, lideradas por el cobre con US$7,970 millones.
Riesgos y aranceles
Citi prevé aranceles del 25% bajo la Sección 232 para el cuarto trimestre de 2025. Esto ha incentivado envíos a EE.UU. para acumular inventarios, favoreciendo el arbitraje COMEX-LME desde diciembre.
Aunque los aranceles no se aplicarán antes de julio, podrían generar recíprocos, afectando el equilibrio. A largo plazo, el crecimiento limitado de la oferta global (+0.4% en 2025) y la reducción de chatarra estadounidense mantendrán la escasez. Por consiguiente, la producción refinada crecerá poco, compensando la debilidad en el consumo.
Esta dinámica sugiere un mercado equilibrado a precios actuales, pero los aranceles podrían alterar las proyecciones.