El futuro del acceso al agua potable en Sudamérica se ve amenazado por el cambio climático, con graves consecuencias previstas para 2040.
Chile enfrenta una perspectiva crítica en el escenario mundial. Aunque otros dos países sudamericanos también se ven afectados, este país se encuentra en una situación de mayor vulnerabilidad.
¿Por qué Chile se quedaría sin agua en 2024?
Diversos estudios, como el del World Resources Institute (WRI), indican que para el 2040, el país experimentará una marcada reducción en su suministro de agua dulce, colocándose entre las 25 naciones con mayor estrés hídrico a nivel mundial.
Se considera que existe estrés hídrico cuando el suministro anual de agua por persona desciende por debajo de los 1.700 metros cúbicos, lo que equivale aproximadamente a 8-9 vasos de agua diarios.
Asimismo, el cambio climático altera los patrones de precipitación, lo que provoca períodos de sequía más prolongados y severos. Esta variabilidad climática reduce la disponibilidad de agua dulce, lo que impacta no solo en la agricultura, sino también en el suministro de agua para consumo humano e industrias.
Además, el derretimiento acelerado de glaciares, una fuente crucial de agua dulce, especialmente en la región andina, contribuye aún más a la disminución de los recursos hídricos disponibles.
¿Qué países se sumarían a Chile?
Perú y Argentina también están entre los países sudamericanos que enfrentarán importantes desafíos debido a la escasez de agua para el año 2040.
En el caso de Perú, su diversidad climática y geográfica lo hace más vulnerable, con un estrés hídrico agravado por el fenómeno El Niño, que impacta principalmente en sus zonas costeras y andinas.
Por otro lado, en Argentina, las vastas regiones agrícolas, fundamentales para su economía, se verán afectadas por una menor disponibilidad de agua para el riego.
¿Qué desafíos enfrentará Perú en las próximas décadas?
La posición del país en el ranking de estrés hídrico y las proyecciones hacia el 2040 indican varios desafíos y posibles consecuencias que deben afrontarse.
- Impacto en la agricultura y seguridad alimentaria: La reducción en el agua para riego amenaza la producción de alimentos, aumentando la inseguridad alimentaria y potencialmente elevando los precios.
- Problemas de salud pública: La falta de acceso al agua potable y saneamiento adecuado puede incrementar enfermedades relacionadas con el agua y gastrointestinales.
- Conflictos y migraciones: La competencia por el agua puede desencadenar tensiones locales y migraciones en busca de mejores condiciones.
- Impacto en la biodiversidad y los ecosistemas: Los ecosistemas acuáticos y terrestres podrían perder biodiversidad debido a cambios en el suministro de agua.
Cabe destacar que en la actualidad, alrededor de 2000 millones de personas experimentan un alto nivel de estrés hídrico en el mundo, y se estima que esta cifra se duplicará para el 2050.
¿Qué países se integrarán mundialmente a la escasez de agua?
La escasez de agua no se limita a estos países, ya que se proyecta que alrededor de una quinta parte de las naciones del mundo experimenten severas interrupciones en el suministro de agua para el año 2040, siendo el Oriente Medio identificado como la región más vulnerable.
A pesar de esto, países como Estados Unidos, China e India también enfrentarán desafíos, aunque en menor grado en comparación con las naciones sudamericanas mencionadas.