Este 25 de octubre el 78% de la población chilena aprobó derogar la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet.
Alrededor de 5.8 millones de personas votaron ‘sí’ a la pregunta “¿Quiere usted una nueva Constitución?” frente al 1.6 millones de personas, que votaron que no, el 21,76% de la población.
La participación superó la mitad del censo, a pesar de las medidas de seguridad por la pandemia. Se trata de la votación más mayoritaria desde que el voto dejó de ser obligatorio en el país, en el año 2012.
Estragos del Gobierno de Pinochet
Con la votación de ayer domingo, 25 de octubre, Chile da un paso más para desandar el camino por el que el militar golpista Augusto Pinochet encaminó al país del sur.
La Constitución, que fue diseñada bajo las ideas de los conocidos “Chicago Boys”, consolidó un modelo neoliberal único que dio origen a las grandes desigualdades del país al haber privatizado servicios básicos como el agua, la sanidad o las pensiones.
Así, durante las últimas décadas el país suramericano fue “vendido” al mundo, a empresas privadas, como el “milagro chileno”, termino que se empleo ante el crecimiento macroeconómico durante el gobierno de Pinochet.
Pero que a la vez implico un contexto de falta de libertades civiles y de reiteradas violaciones de los derechos humanos.
“Los derechos sociales están mercantilizados, es decir que cuando la salud, la educación, la seguridad social es un buen negocio, entonces lo asumen los privados. Y solo cuando no es un negocio rentable, el Estado asume”, explicó ante los medios chilenos, Paulina Vodanovic, presidenta Consejo de DDHH del Colegio de abogados de Chile.
Nueva Constitución
Ante la aprobación del Plebiscito nacional de Chile de 2020, el órgano encargado de redactar la Constitución estará formado exclusivamente por mujeres y hombres elegidos en plebiscito popular, y no por una comisión mixta formada por personas electas y parlamentarios en ejercicio.
En abril de 2021 se llevará a cabo la elección de los 155 integrantes de dicha asamblea constituyente, en la que se establecerá la paridad entre hombres y mujeres.
Una vez se elija la asamblea, en mayo se registrará la Convención que redactará la nueva carta magna del país.
Tendrán un año para hacerlo, y la Constitución se deberá ratificar en un nuevo plebiscito que tendrá lugar no antes de mayo de 2022.
¿Qué le espera a Chile?
En el futuro más inmediato, según la Agencia EFE, los expertos estiman que la categórica victoria que logró el “apruebo”, implica que la redacción de un nuevo texto en un plazo máximo de un año “suavizará” las protestas iniciadas en 2019 contra el alza en el precio del billete de metro.
“Van a bajar la intensidad de las movilizaciones porque va a existir una forma de canalizar las demandas, pero no desaparecerán del todo”, reconoció la jefa de la carrera de Ciencia Política de la Universidad de Chile, Claudia Heiss.
Asimismo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoce que este proceso constitucional abre la puerta a que Chile siga siendo un líder en la región en el ámbito económico.
Esto, ya que la aprobación del plebiscito podría lograr que el país comience una nueva etapa en la cual se mantengan los principales elementos que generaron el éxito chileno en términos de crecimiento económico de las últimas décadas.
En cuanto a los impactos macroeconómicos, se contempla que el PBI chileno se contraiga 6% este año, para expandirse 4.5% en 2021.