Desde que la inteligencia artificial generativa irrumpió en escena, ha surgido una gran controversia relacionada con el uso de material protegido por derechos de autor para entrenar a estos modelos de lenguaje. Por ello, el CEO de OpenAI, Sam Altman, declaró que ChatGPT podría pagarte por usar tu contenido. Aquí los detalles.
Las discusiones sobre los límites y responsabilidades de los laboratorios detrás de su desarrollo han dado lugar a demandas legales y debates acalorados. Sin embargo, Sam Altman, CEO de OpenAI, ha planteado una posible solución: que plataformas como ChatGPT remuneren a los usuarios cuando utilizan su contenido.
Aunque la idea resulta interesante, aún queda por determinar cómo se podría implementar en la práctica. Por ahora, las declaraciones del líder de la startup de San Francisco parecen más una expresión de intenciones para anticiparse a futuros desafíos regulatorios y legales que una opción viable a corto plazo.
Altman reconoció la posibilidad de ver en el futuro versiones de ChatGPT que respeten la propiedad intelectual ajena. Durante una presentación en la Universidad Clark Atlanta, mencionó su participación en una cumbre sobre inteligencia artificial en la Casa Blanca. Allí, el CEO de OpenAI debatió acerca de las regulaciones que podrían aplicarse a modelos como GPT-4 y otros similares.
En primer lugar, manifestó su apoyo a la implementación de leyes que permitan a las personas «saber cuándo interactúan con una inteligencia artificial». No obstante, la postura más interesante se centra en establecer salvaguardas para evitar el uso no remunerado de contenido protegido por derechos de autor.
«Estamos trabajando en nuevos modelos en los que, si un sistema de IA utiliza tu contenido o tu estilo, recibirás una compensación por ello», explicó Altman. Aunque se trata de una propuesta interesante, no implica necesariamente que la veremos pronto en ChatGPT u otras inteligencias artificiales generativas.
Un futuro prometedor: ChatGPT a favor de los derechos de autor
No es ningún secreto que muchas de las inteligencias artificiales generativas más populares han sido entrenadas con material protegido por derechos de autor.
En cierto sentido, se podría decir que laboratorios como OpenAI y Stability AI se beneficiaron de cierta impunidad en el desarrollo de sus modelos. Sin embargo, las cosas cambiaron cuando estas aplicaciones, como ChatGPT o Stable Diffusion, se volvieron mundialmente famosas.
No pasó mucho tiempo desde entonces para que surgieran las primeras demandas por violación de derechos de autor. El caso más notable fue el de Getty Images, que descubrió que más de 12 millones de sus fotografías habían sido copiadas sin autorización.
Una situación similar ocurrió cuando se añadieron funciones de ChatGPT a Copilot, la inteligencia artificial de GitHub que genera código automáticamente. Esta herramienta se volvió muy popular entre los programadores, pero también se vio envuelta en la polémica por «robar» código propietario.
La postura conciliadora de Sam Altman en cuanto a la protección de los derechos de autor es una estrategia inteligente. La inteligencia artificial generativa evoluciona a un ritmo acelerado, lo cual puede afectar cualquier intento de regulación. Sin embargo, monetizar el material original de creadores de contenido puede convertirse en una propuesta muy atractiva de cara al futuro.