Una de cada 3 familias tiene en su seno a un empresario micro, pequeño, mediano o grande. De las 2 millones 700 mil empresas que registra el INEI a nivel nacional -al 2020-, más del 99% son micro y pequeñas y cerca del 80% constituyen empresas familiares.
El universo de ellas es bastante grande y la pregunta siguiente es válida: ¿cuánto impacto la pandemia del Covid 19 en su funcionamiento? Conversamos con César Cáceres Dagnino, director del Centro de Familias Empresarias y Empresas Familiares de la Universidad de Piura, para encontrar algunas respuestas.
¿Cuál fue el impacto de la pandemia en las empresas familiares?
La pandemia cayó de golpe y el efecto sobre las empresas fue que los negocios cayeron bruscamente hasta el suelo. La recuperación ha empezado de manera muy lenta y horizontal. Esta situación es muy racional, es decir, el empresario quiere que sea así porque mira la coyuntura y no se quiere apurar.
¿Qué caracteriza la recuperación?
El primer punto es la resiliencia de las empresas familiares, es decir, tienen capacidad para reaccionar bien ante la adversidad. Los empresarios han tomado buenas decisiones, sobre todo, las de corto plazo y han podido ejecutar acciones financieras y no financieras. Un segundo punto es el impacto de los factores socioemocionales en la toma de decisiones. Uno de los temas resueltos en pandemia, dentro de estas empresas, son los conflictos entre los miembros de la familia. En algunas empresas, los familiares conflictivos han dado su brazo a torcer y han cooperado con la unidad empresarial.
Primó el bien común…
Sí, ha sido una externalidad positiva. Algunas familias con las que he conversado me dicen que este cambio de actitud de un familiar conflictivo ha sido favorable para la empresa, pero lamentan que haya pasado en una situación tan mala como la pandemia. Una cuestión negativa generó un efecto positivo en la empresa familiar. Ojo: no es en todas las empresas familiares,
¿El ‘efecto rebote’ también impactó en las empresas familiares?
No. Tener una recuperación inmediata hubiera sido irracional. Los empresarios de este segmento saben que la recuperación debe ser lenta. No hay milagros para los empresarios, son cautos. El trabajo y la laboriosidad sacará adelante a las empresas familiares.
¿Los integrantes jóvenes cumplieron algún papel durante la pandemia?
Para todos los sectores había que echar mano de la tecnología porque la presencialidad se perdió. En ese contexto, se generó una reconversión digital a todo nivel y las personas que están a cargo de las empresas son de otra generación; por ello, los hijos, que son nativos digitales, tuvieron que ingresar al negocio. A los integrantes jóvenes se les incorporó en la empresa a pesar de la falta de experiencia, pero los padres de familia comprenden que este ingreso a la empresa tendrá un crecimiento lento.
¿Los jóvenes en la operación cambiarán la cultura organizacional?
No es lo que se busca, pero muchas veces suele pasar. Lo ideal es que se conserve la cultura organizacional porque si no los trabajadores se desorientan, se debe mantener para que el clima no se afecte. El peligro de cambio en la cultura organizacional sí se produce cuando las empresas familiares tienen una necesidad financiera profunda y dejan ingresar socios de grandes capitales que les hace perder el control de la empresa. En esa situación, la cultura organizacional sí cambia porque se reduce personal.
¿Cómo manejaron el pago de salarios y los despidos en plena pandemia?
Fue muy complicado y habría que hablar por sectores para no generalizar. He observado de cerca al sector hotelero. En los últimos años hubo un fuerte impulso al turismo y muchas empresas familiares crecieron. Por eso, cuando llegó la pandemia, les costó mucho despedir personal o reconvertirse. Es importante indicar que las empresas del sector turístico tenían una fortaleza previa a la pandemia: solidez financiera, con la cual pudieron hacer muchas mejoras en aspectos tecnológicos. Sin embargo, el mayor problema era despedir al personal. Su planilla es el 60% de sus costos y fue difícil tomar decisiones al respecto.
¿Cuáles son las expectativas para las empresas familiares?
El empresario siempre pide estabilidad, que no se cambien las reglas del juego porque se les hace difícil tomar decisiones para el corto y largo plazo. No importa si son reglas duras, solo piden que no se las cambien. Por otro lado, los empresarios no han escatimado en ejercer su responsabilidad social ante la emergencia; una de sus primeras decisiones fue involucrar a todos los trabajadores en las acciones de responsabilidad social. Un tema adicional: la pandemia ha adelantado las decisiones de sucesión familiar y ya preparan planes para esas situaciones. Finalmente, se seguirá impulsando la transformación de los negocios.