La historia del Castillo de Chancay comienza con una de las descendientes del virrey Manuel Amat y Junet, un personaje conocido por sus numerosas obras arquitectónicas en la Lima virreinal, como el Paseo de Aguas, la Plaza de Toros y la Fortaleza Real Felipe. A él, se le asocia con la famosa actriz peruana Micaela Villegas, más conocida como «La Perricholi», y también con la condesa de Castilla, Doña Josefa de León, con quien tuvo un hijo, Manuel Amat y León.
Nacido en 1778, Manuel Amat y León se convirtió en un destacado militar, abogado y precursor de la independencia peruana. Se casó con María Santos Corrales, la musa de Mariano Melgar, y tuvo nueve hijos. El último de estos, Manuel Amat y León Corrales, siguió la tradición familiar de valentía y patriotismo. Este último fue un magistrado en Lima, luchó en el combate del 2 de Mayo en 1866 y fue amigo cercano de Andrés Avelino Cáceres. Viudo, se casó con María Rosa Rolando Rodríguez, con quien tuvo cuatro hijos, entre ellos Consuelo Amat y León Rolando.
Consuelo Amat y León Rolando, nacida en 1896, fue una mujer talentosa y polifacética: arquitecta, matemática, poetiza, escritora, abogada, etc. Todos sus recuerdos de amor y vivencias las plasmo en 400 poemas escritos y y los publicó en dos tomos. Es así que contrajo matrimonio a los 19 años con Rómulo Boggio Klauer de 30 años, un ingeniero químico e hijo del fundador de la primera fábrica textil Santa Catalina. Este matrimonio se llevó a cabo en Lima un 8 de Enero de 1915, en la Capilla del Colegio Belén.
La pareja vivió con amor y dedicación en el pueblo de Chancay, ganándose el cariño de los trabajadores de su hacienda. De aquel matrimonio tuvieron seis retoños: Rene, Lidia, Consuelo, Rómulo, Leticia y Diana. La gente amaba mucho a esta pareja, tanto así que tuvieron muchos ahijados. Cuando Rómulo falleció trágicamente, Consuelo quedó sin herencia, pero su fortaleza la llevó a Europa, donde continuó formándose en múltiples disciplinas.
Inicios del castillo
Al regresar a Chancay, adquirió un terreno donde fundó el Hotel Villa Madre Perla para poder subsistir. Gracias a su gran visión, decidió construir un castillo que estuviese ubicado frente al mar en un acantilado rocoso, como un homenaje al amor que sentía por su esposo. Ella misma diseñó los planos arquitectónicos y una vez terminados contrató a 30 albañiles, quienes debieron domar la zona rocosa a golpe de cincel y comba, con ella dirigiendo personalmente la obra. Inicialmente, el castillo contó con seis salas diferentes, una para cada uno de sus hijos.
La construcción fue un desafío, pero Consuelo Amat y León viuda de Boggio, a pesar de sus limitados recursos económicos y reprimiendo todo gasto, logró cumplir aquel anhelo y sueño dorado que tuvo desde niña. El majestuoso castillo de la Familia Boggio, como se le llamó inicialmente, tardó 10 largos años en construirse, desde 1924 hasta 1934. En ese entonces, contaba con 250 habitaciones distribuidas en cuatro niveles, con terrazas, torreones, miradores, escalinatas y pasadizos que llevaban al mar. Su estilo medieval con influencia castellana fue inspirado en la arquitectura de Castilla, España.
Reconstrucción del castillo
Continuando con la historia familiar, se destaca a Doña Lidia Boggio Amat y León, una de las hijas de Doña Consuelo Amat y León Rolando. Lidia contrajo matrimonio con el Coronel Juan Francisco Barreto Saavedra. De esta unión nacieron seis hijos: Hernán, Lidia, Nancy, Gloria, Manuel y Juan.
De estos seis hijos, sería Juan Winston Barreto Boggio, economista de la Universidad de Lima, quien salvaría el castillo. Y es que a diferencia de lo que sucedería después con el Coliseo Amauta, que fue comprado por una secta religiosa, Juan apareció de manera providencial para impedir la venta del castillo a los jesuitas, quienes pretendían convertirlo en monasterio. Así, tras reclamar el castillo como parte de su herencia y después de 30 años de abandono, decide iniciar su reconstrucción.
El castillo tomó el nombre de Castillo de Chancay gracias a que los pobladores habían creado un sin número de historias sobre su origen. Juan Barreto tomó los planos ideados por su abuela, guardando sus lineamientos originales, con el sano propósito de transformarlo en un centro turístico, siempre guardando el estilo del medioevo.
Este sueño no fue fácil de realizar ya que el país atravesaba un periodo muy difícil cuando se adquirió el castillo. Juan hizo caso omiso y enfrentó numerosas adversidades, como la epidemia de cólera y la contaminación constante de la costa de Chancay por las fábricas pesqueras, lo que impedía el desarrollo del turismo. Además, la época del terrorismo estaba en desarrollo y, en un momento, recibió amenazas de muerte por parte de Sendero Luminoso. A pesar de estos desafíos, logró sobreponerse a las circunstancias.
«La gente creía que mi abuela estaba loca por hacer un castillo junto al mar, y a mí me creyeron loco cuando reconstruí este sueño en plena época del terrorismo en que nadie se atrevía a invertir en Perú. He dedicado mi vida a este sueño, porque ser empresario requiere el valor de soñar».
Así comenzó a reconstruir el legado de su abuela, quien había viajado por toda Europa para obtener un conocimiento más profundo sobre arquitectura. Desde los cinco años, Juan Barreto visitó y jugó en las instalaciones del castillo, lo que contribuyó a formar su conexión con esta gran obra arquitectónica.
«Al igual que mi abuela, yo soy un apasionado viajero habiendo recorrido 80 países alrededor del mundo, y el castillo es un reflejo de todos esos viajes. Mi objetivo es darle una misión al castillo: que cada visitante experimente y se conecte con esos 80 países. Actualmente ya tenemos ambientados 37 de esos países».
Consolidación y expansión
Cuando el castillo abrió sus puertas como centro turístico en los años 90, contó con solo dos trabajadores, uno para abrir la puerta y otro para cerrar. Sin embargo, a medida que iba creciendo la demanda de los turistas, tuvieron que inaugurar restaurantes, hoteles y servicios de entretenimiento. A la fecha se tiene aproximadamente más de quinientas familias, todas de Chancay, que trabajan de manera directa e indirecta dentro de las instalaciones del castillo.
«Terminé creando un ecosistema a través de los más de treinta concesionarios que trabajan en el castillo y que a su vez dan empleo a más personas. Entonces, el Castillo de Chancay se convirtió en un motor generador no solo de empleo sino de emprendedores, lo cual formó a nuevos empresarios que han generado un movimiento interno».
Siendo un centro recreacional de alojamiento, el castillo se erige como un espacio cultural con piezas de colección y museos incluidos en el marco de un edificio histórico. Este recibe alrededor de cincuenta mil visitantes en un fin de semana (en promedio unos ochocientos mil anuales). Su valor cultural se distingue gracias a su colección de más de dos mil piezas precolombinas en exhibición certificadas por el INC.
Por otro, el legado del castillo continuará en manos de la familia. Y es que el hijo de Juan Barreto, Juan Francisco Barreto Podestá, es el gerente general del Castillo. Mientras que la hija, Andrea Barreto Podestá se ha reincorporado a trabajar en el Castillo de Chancay como gerente administrativa.
Proyecciones
Este año se cumplen los cien años de la construcción del castillo, y en esta segunda etapa adquirieron una área sumamente grande de aproximadamente ocho hectáreas. Aquí planean desarrollar auditorios, un hotel de cinco estrellas frente al mar y convertirse en un centro de convenciones. Parte de su objetivo es que el ecosistema crezca y se desarrollen centros comerciales. También aspiran a que en el futuro pueda convertirse en sede del CADE, conciertos masivos y un posible festival de Chancay.
«Nuestra intención es que venga gente de todos los niveles, porque la cultura no tiene techo ni discrimina. Al decir nacional me refiero a masivo y no masivo, que sea general, y es que disponemos de diferentes ofertas para distintos tipos de personas. Por ejemplo los colegios particulares tienen 70% de descuento. Y los colegios estatales ingresan gratis. Por respeto al chancayano y al huaralino los niños ingresan gratis , porque ellos son los futuros embajadores del castillo de Chancay».
Hoy, treinta y cuatro años después el Castillo es económicamente rentable. Asimismo Juan Barreto Boggio recientemente fue condecorado por el presidente del Parlamento Andino en el Congreso de la República del Perú, por sus méritos en entroncar la cultura y la empresa. Además, ante la creación del Puerto de Chancay, Barreto afirma que un trabajo multisectorial sería lo ideal para el beneficio de la ciudad.
«Al reconstruir el castillo también reconstruí la historia de Chancay y de mi familia, mi abuelo fue tres veces alcalde de Chancay, y este castillo es de todos. No considero que el mega puerto y el castillo se contrapongan, al contrario son complementarios como el ying y el yang. El mega puerto dará trabajo, pero el Castillo de Chancay es su alma.»
Juan Barreto descarta completamente la posibilidad de vender la gran obra arquitectónica de 15 mil metros cuadrados. Expresa que ese sueño que logró posicionar llevó al castillo a estar en la mira mundial, por lo que quiere disfrutar del éxito de ser el atractivo número uno a nivel full day.
Atractivos del Castillo de Chancay
El Castillo de Chancay posee tres niveles y diez salones temáticos. A continuación, te presentamos sus principales atractivos:
- Réplica de la proa Independencia
- Museos
- Show de magia y presentaciones artísticas
- Recorrido por zonas temáticas con actuaciones
- Salón de los recuerdos
- Casa del Terror
- Área infantil y de juegos inflables
- Tiendas
- Área de disfraces
Más allá de todos estos atractivos y de tu recorrido guiado que se te ofrece por tu ticket de entrada, cada persona tiene la opción de hacer su propio paseo libremente por todos los espacios del castillo. Asimismo, el guía te llevará por diversas áreas temáticas que hacen referencia a diferentes lugares y culturas del mundo, por ejemplo:
- Amsterdam
- El Oráculo de Delfos de Grecia
- Fontana Di Trevi de Italia
- Atenas
- Venecia
- Roma imperial
- Babilonia
- Petra de Jordania
- Egipto
- El Taj Mahal de India
- Machu Picchu
- Estambul, Turquía