Más de 120 metros de la carretera Bayóvar-Chiclayo, en el Bajo Piura, cedieron el último martes ante la fuerza del río, que, producto del exceso de lluvias en la región, generó el crecimiento y posterior desborde de la Laguna La Niña, en la provincia de Sechura.
La rotura de la vía se registró a la altura del kilómetro 6, interrumpiendo el transporte de insumos y productos desde y hacia la Bahía de Sechura, donde la población ve mermados sus ingresos económicos.
¿Cuánto pierde Sechura debido a esta situación? Javier Bereche, presidente de la Cámara de Comercio y Producción de Piura, estima que el impacto económico es principalmente en los sectores de transporte y comercio.
“En el flujo de transporte implicaría una pérdida diaria de más de S/ 1.5 millones, mientras que en cuanto al volumen de mercancías (traslado de productos) ascendería a cerca de S/ 3 millones”, dijo Bereche a Infomercado.
La fuerza del agua estuvo a punto de arrastrar un camión de carga pesada que trasladaba 32 toneladas de fierro procedentes de Chimbote hacia las ferreterías de Sechura. También grupos de pasajeros quedaron varados, pero fueron rescatados por personal policial.
Más gasto en transporte
La construcción de la carretera tuvo un costo de inversión que superó los S/ 353 millones, y se culminó el 30 de marzo de 2022, según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
En estos momentos, hay unos 180 camiones de carga pesada y vehículos menores que no pueden circular por esta carretera y que deben llegar hasta el intercambio vial de Catacaos, para poder retomar la Panamericana Norte, lo que implica un gasto adicional por concepto de combustible. Este desvío representa unos 500 km de recorrido adicional (ida y vuelta).
Rolando Periche, dirigente de la Unión Nacional de Transportistas (UNT) en Piura, estima que por este desvío un tráiler puede gastar hasta 35 galones más, equivalente a 700 soles, mientras que un vehículo menor, como una cámara frigorífica, gastaría hasta 20 galones de más y un auto, unos 9 galones adicionales.
“Solo del gremio de transportistas de Sechura, hay 85 camiones que utilizan esta carretera y que están siendo perjudicados: camiones de Cementos Pacasmayo, volquetes de Miski Mayo que traslada insumos para el campamento minero, cámaras que salen de Puerto Rico (Bayóvar) para abastecer los mercados de Chiclayo, Lima, etc.”, señala Periche.
Según el dirigente de transportistas, la UNT ha insistido ante el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) con la necesidad de construir al menos dos puentes en esta vía: uno de 300 metros y otro de 80, ya que actualmente la carretera tiene alcantarillas que no permiten traspasar gran cantidad de agua en temporada de lluvias, y por eso se rompe.
“Se tiene que hacer obras de gran envergadura para evitar que se siga rompiendo esta vía, porque ya la van reconstruyendo como 10 veces”, sostiene Periche, quien prevé que por lo menos en tres meses se podrá hacer una trocha para volver a circular por allí, mientras se proyecta una nueva carretera.
“Toda esa agua [del río] se puede aprovechar para que no se pierda en el mar. Hay muchas cosas que se pueden hacer: [por ejemplo], una gran represa en el desierto de Sechura que sirva para la agricultura, la pesca, el turismo”, propone Periche.
Este viernes, un equipo técnico del MTC y Provías Nacional insistió en que, una vez baje el caudal, se volverá a instalar alcantarillas. Se prevé, además, instalar un puente modular para mantener la transitabilidad y pensar, en el largo plazo, en puentes definitivos.
Maricultura: 60 millones de soles perdidos
El agua dulce que lleva el río Piura a la Bahía de Sechura ha provocado grandes pérdidas en la actividad de la maricultura, afectada, además, por las altas temperaturas del mar. El cambio en el ecosistema y en el fondo marino genera la mortandad principalmente de la concha de abanico, aunque también de otras especies como el pulpo y el cangrejo.
De acuerdo con José Aldana, asesor técnico del Consejo de Maricultores de Sechura, la salinidad del mar se ha reducido a un nivel de 22, cuando lo normal es 35. Las zonas más afectadas son Vichayo, Barrancos, Parachique-La Bocana y Delicias, donde unas 40 mil personas dependen directa e indirectamente de la pesca y la maricultura.
Aldana asegura que la inversión de siembra de concha de abanico, que asciende a casi 60 millones de soles desde fines del año pasado, prácticamente ya se perdió, pues el 90% de la producción se ha visto afectada. “Y el tiempo de recuperación [del mar] es de hasta 5 meses, todo ese tiempo no se va a poder sembrar”, asegura.
Dicha inversión iba a significar unos 40 millones de dólares de ingresos por exportación, siendo Europa el principal mercado de la concha peruana.
Otros destinos son EE.UU., Canadá, China, Japón, Reino Unido, Australia, Brasil y Chile. Según datos del Organismo Nacional de Sanidad Pesquera (Sanipes), el 80% de la oferta exportable nacional sale de la Bahía de Sechura.
La Dirección Regional de Producción (Direpro) de Piura ya dio cuenta de esta situación al Ministerio de la Producción (Produce), pero no ha tenido respuesta. Solo el Instituto del Mar del Perú (Imarpe) y Sanipes han evaluado el daño en la zona con los maricultores.
“Estamos solicitando créditos, algún Reactiva [Perú] o un bono de damnificados, porque esperar que el mar se limpie y baje la salinidad va a tomar por lo menos 3 meses. También estamos solicitando a Imarpe que amplíe la cuota de pesca. Lamentablemente no vemos reacción por parte del Ejecutivo”, asegura Gabriel Salazar, director de la Direpro.