La gestión territorial integral emerge como un requisito imprescindible para el éxito y la sostenibilidad de megaproyectos estratégicos en el Perú, según señaló en exclusiva para Infomercado Guido Valdivia, vicepresidente ejecutivo de la Cámara Peruana de la Construcción (CAPECO).
Presión turística y desafíos en Machu Picchu
La sostenibilidad de Machu Picchu está en riesgo por problemas en el control de aforos, la venta irregular de boletos y el transporte masivo.
La organización New 7 Wonders advirtió que, si no se corrigen estos problemas Machu Picchu podría perder su título de «Nueva Maravilla del Mundo».
A esto se le suma el retraso en la construcción del aeropuerto de Chinchero, en Cusco, el futuro segundo aeropuerto más grande del país, cuya ejecución no supera el 33% según el último reporte del 17 de junio de 2025.
Este proyecto, planteado desde 2001, ha enfrentado múltiples intentos y paralizaciones. La inversión requerida es de 730 millones de dólares.

Según Valdivia, la próxima puesta en operación del aeropuerto de Chinchero incrementará la presión turística sobre el santuario y el Valle del Urubamba. “Si queremos resolver el problema de Machu Picchu, tenemos que gestionar todo el valle del Urubamba a partir de este aeropuerto”, señaló.
El representante de CAPECO indicó que se requiere una intervención integral que articule los sectores turístico, logístico, productivo, de transporte y vivienda.
Además, precisó que las acciones deben distribuirse entre los distritos de Urubamba y Calca, e incluir programas de capacitación dirigidos a la población local.
En diálogo con Infomercado, Valdivia advirtió que, sin una planificación territorial adecuada, “se va a extender el problema de Machu Picchu Pueblo (Aguas Calientes) a todo el valle”.
También destacó la necesidad de promover destinos complementarios, como Choquequirao, para aliviar la carga turística.
Oportunidades y retos en Chancay

Respecto al Megapuerto de Chancay, Valdivia señaló que la reciente ley que crea zonas económicas especiales privadas representa una oportunidad, pero su éxito dependerá de la capacidad del Estado y el sector privado para responder a la demanda de infraestructura y servicios.
Advirtió que los proyectos de inversión actualmente a cargo de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANIN) “no están alineados directamente con las necesidades emergentes del territorio”.
El especialista explicó que el área de influencia del puerto supera los límites de Chancay y Huaral, extendiéndose hacia Barranca, Huacho, Ancón y el Callao.
En ese contexto, planteó la necesidad de crear un gestor territorial que coordine las inversiones públicas y privadas. “Chancay es un distrito muy pequeño, pero está vinculado a una red territorial que va desde Barranca hasta Ancón”, señaló.
Propuesta de un modelo de gobernanza territorial
CAPECO plantea la creación de gestores urbanos o territoriales autónomos con participación del gobierno nacional, regional y local.
Estos organismos tendrían la función de formular planes integrales de desarrollo, conducir intervenciones y convocar a los operadores que las ejecutarán.
Además, estarían a cargo de administrar el suelo estatal, centralizar el otorgamiento de licencias y supervisar la provisión de servicios básicos.
Valdivia explicó que el gestor debe funcionar como una ventanilla única que unifique procesos y garantice la coordinación técnica de los proyectos. “El que firma siempre será el alcalde, pero todo el proceso técnico lo debe hacer el gestor”, puntualizó.
El vicepresidente ejecutivo de CAPECO concluyó que el fortalecimiento de la gestión territorial resulta esencial para asegurar un desarrollo equilibrado y sostenible en zonas donde confluyen inversiones de alto impacto.
Según indicó a Infomercado, “solo mediante un modelo de gobernanza territorial se podrá evitar que los megaproyectos se conviertan en fuentes de desigualdad o deterioro”.