La construcción creció 4.9% entre enero y agosto de 2025, lo que llevó al BCR a corregir el alza de su proyección anual de crecimiento a 4.3%.
Inversión privada mantiene dinamismo en 2025
El sector construcción en Perú cerró agosto con su cuarto mes consecutivo de crecimiento, impulsado por el mayor consumo de cemento y el avance de la obra pública. Según la estimación de la Cámara Peruana de la Construcción (CAPECO), entre enero y agosto de 2025 la actividad constructora aumentó 4.9%, resultado que superó lo esperado inicialmente.
Ante este desempeño, el Banco Central de Reserva (BCR) corrigió al alza su proyección de crecimiento para la construcción en 2025, de 3.8% a 4.3%, en línea con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y el promedio de consultoras privadas.
La inversión privada mostró un avance mayor al previsto, lo que llevó al BCR a elevar su proyección de crecimiento de 5.0% a 6.5% para este año. Este dinamismo provino de sectores como el mercado inmobiliario residencial, las Asociaciones Público-Privadas (APP), los proyectos de Obras por Impuestos y la inversión minera.
Sin embargo, se proyecta que el crecimiento de estos rubros se ralentice en lo que resta del 2025, y que en 2026 la inversión privada avance menos de 4.0%, según el MEF.
Obra pública: menor impulso que en 2024
La inversión pública también crecerá en 2025, aunque con menor fuerza que en años previos. El MEF proyecta un alza de 4.5%, mientras que el BCR estima un 6.5%, cifra por debajo del 14.7% registrado en 2024. Para el 2026, ambos organismos esperan un aumento de apenas 1.0%, reflejando las limitaciones estructurales del aparato estatal en la gestión de proyectos.
El avance de la construcción enfrenta riesgos vinculados a la incertidumbre política y al contexto electoral hacia 2026. La dispersión de candidaturas, la polarización, el bajo respaldo al sistema democrático y el impacto de medidas populistas como el octavo retiro de AFP generan incertidumbre que podría afectar la inversión.
Reformas e iniciativas que impulsan la inversión
Entre los cambios positivos, destacan:
- El giro de la Contraloría General, que pasa del “control concurrente” al “control preventivo” para evitar trabas en la ejecución de proyectos.
- La nueva Ley de Asociaciones Público–Privadas y Proyectos en Activos, que busca fortalecer la gestión de Proinversión.
- La implementación de Proyectos Especiales de Inversión Pública, como el programa Escuelas Bicentenario, que introduce herramientas como PMO, contratos NEC, BIM y mecanismos de resolución de controversias más ágiles.
- El “shock desregulatorio” del MEF, que ya ha avanzado en más de la mitad de las medidas para reducir trabas burocráticas.
Aunque el 2025 cerrará con cifras positivas para la construcción e inversión, el ritmo proyectado no será suficiente para reducir pobreza, generar empleo formal y disminuir las brechas regionales.