El colapso del puente en Chancay y el desplome del techo del Real Plaza en Trujillo han puesto en evidencia las deficiencias en la gestión y supervisión de infraestructuras en el país. Si bien ambas construcciones fueron ejecutadas bajo normas formales, la tragedia expone fallas en el control de calidad y la fiscalización.
Chancay y Trujillo: fallas estructurales con consecuencias fatales
El colapso del puente en Chancay y el desplome del techo del Real Plaza en Trujillo han dejado muertes, heridos y un debate sobre la seguridad de las infraestructuras públicas y privadas.
Según CAPECO, estos incidentes muestran la urgencia de mejorar los sistemas de control para garantizar que las edificaciones cumplan con estándares de seguridad adecuados.
«Es exigible conocer qué pasó en ambos casos y determinar responsabilidades. Se deben aplicar sanciones y reparaciones, aunque nada pueda compensar la pérdida de vidas humanas», afirmó Guido Valdivia, director ejecutivo de CAPECO.
Fallas en supervisión y mantenimiento
Uno de los principales problemas se encuentra en la falta de un sistema eficiente de control y mantenimiento de infraestructuras. Si bien existen regulaciones, muchas veces no se aplican con la rigurosidad necesaria.
«Es común que los procedimientos de supervisión solo se ajusten después de que ocurren tragedias», advirtió Valdivia. Además, destacó que se necesita una inversión mayor en operación y mantenimiento, ya que actualmente solo el 15% de los recursos se destinan a construcción y el 80% a su funcionamiento a lo largo de los años.
Digitalización y control para prevenir riesgos
Para reducir los riesgos en futuras construcciones, CAPECO propone la digitalización de los procesos de licencias de construcción y supervisión. En países como Costa Rica, el 100% de los municipios ya cuenta con sistemas digitales de control, lo que permite trazabilidad total en cada proyecto.
Asimismo, se destaca la necesidad de implementar metodologías como BIM (Building Information Modeling), que permite un monitoreo en tiempo real de las infraestructuras. «Tener un sistema digitalizado facilitaría la fiscalización y permitiría detectar fallas antes de que se conviertan en tragedias», indicó Valdivia.
Los recientes incidentes demuestran la urgencia de establecer un modelo de gestión integral que abarque desde la construcción hasta la operación y el mantenimiento de las infraestructuras, asegurando que cada obra sea segura y sostenible en el tiempo.