La Cámara de Comercio de Lima (CCL) expresó su preocupación por el alarmante aumento de delitos en el país. Exige al gobierno implementar una estrategia integral para abordar el problema de la inseguridad ciudadana y solicitar un presupuesto adecuado para combatir la criminalidad.
La CCL considera que la declaración de emergencia en 14 distritos de Lima y Callao no es suficiente para enfrentar la situación. Esta medida debe complementarse con acciones concretas y coordinadas con las autoridades regionales y locales.
Además, es fundamental establecer un enfoque articulado que permita una lucha efectiva contra el crimen organizado y las bandas criminales. La delincuencia que afecta a la población requiere respuestas inmediatas y contundentes.
La Cámara enfatiza la necesidad de un esfuerzo conjunto para restaurar la seguridad en las comunidades. Solo a través de un compromiso sólido se podrá avanzar hacia un entorno más seguro para todos.
La CCL propone:
- Declarar en estado de emergencia la Policía Nacional del Perú (PNP), para dotarla de la infraestructura, equipamiento y todos los recursos logísticos y operativos necesarios para la lucha contra la criminalidad.
- Reducir la brecha de déficit de personal policial. Actualmente, se requiere alrededor de 50 mil efectivos policiales.
- Incorporar agentes de inteligencia y de investigación con amplia experiencia que se encuentran en situación de retiro.
- Tomar control de las 120 zonas vulnerables del país, que se encuentran debidamente identificadas, a través de acciones conjuntas entre la PNP y las Fuerzas Armadas (FF.AA.) y la articulación de sus respectivas oficinas de inteligencia mediante un sistema integrado dedicado a la lucha contra la criminalidad.
La creación del Grupo Gorex es un paso positivo, pero el país enfrenta un aumento descontrolado de la delincuencia. No se trata de mostrar fotos de los efectivos, sino de demostrar resultados concretos a través de un trabajo efectivo en las calles.
Los nombres y las etiquetas no devolverán la tranquilidad que la población necesita. La seguridad se logra con acciones reales y efectivas, no con puestas en escena.
La propuesta de establecer una figura delictiva como el terrorismo urbano puede parecer favorable desde un enfoque político. Sin embargo, esta medida no es suficiente para controlar de inmediato el aumento de la criminalidad que angustia a los peruanos.
El desbordamiento de la delincuencia no solo afecta la seguridad, sino que también desanima la inversión y obstaculiza el crecimiento económico del país. Es crucial implementar estrategias más efectivas para abordar estos problemas de manera integral.