Tras la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva en las elecciones presidenciales de Brasil, se prevía que las privatizaciones de empresas públicas, impulsadas por la gestión de Jair Bolsonaro, iban a paralizarse. Sin embargo, las privatizaciones de importantes empresas de saneamiento continuarán.
Si bien el presidente electo está en contra de las privatizaciones de empresas públicas, no cuenta con el apoyo del gobernador electo de la capital Sao Paulo, Tarcísio Gomes de Freitas, ni de Eduardo Leite, el reelegido gobernador en Rio Grande do Sul, quienes apoyan la privatización de empresas.
La oposición al modelo de privatizaciones y concesiones en Brasil, en general, es algo del pasado. La sociedad ha entendido que puede ser una medida de beneficio mutuo con la que el gobierno puede recaudar fondos con la privatización y enfocar inversiones en otras áreas, y la población tiende a recibir mejores servicios
Roberto Guimarães, director económico y de planificación de la Asociación Brasileña de Infraestructura e Industrias Básicas (Abdib)
Asimismo, los preparativos para la privatización están más avanzados para la empresa de aguas del estado de Rio Grande do Sul, Corsan, que podría incluso venderse antes de fin de año.
Sabesp, la empresa de saneamiento más grande de Brasil
Karla Bertocco Trindade, expresidenta ejecutiva de Sabesp y actual socia de la gestora de activos Mauá Capital. dijo a BNamericas lo siguiente:
“De privatizarse, Sabesp podría convertirse en una plataforma decisiva para participar en el mercado nacional de saneamiento, porque tiene la ventaja del know-how en diferentes tipos de operaciones y además contaría con adecuada capacidad de financiamiento”.
Cabe resaltar que es muy probable que la empresa Sabesp, la más grande del estado de São Paulo, sea vendida al sector privado, ya que los legisladores electos en el estado, encargados de visar las privatizaciones, pertenecen a la posición de centroderecha.
Después de la privatización, podría participar en concesiones de agua en otros estados, dado que es una empresa rentable con capital para invertir en operaciones existentes, mientras que una nueva inyección de capital podría permitirle invertir en nuevos contratos y proyectos.