Luiz Inácio Lula da Silva ganó las elecciones presidenciales de Brasil, con poco más del 50% de los votos, frente al actual presidente Jair Bolsonaro, quien buscaba la reelección.
Tras ello, Bolsonaro no ha reconocido su derrota ni ha saludado a Lula por su victoria, e incluso ha respaldado protestas de «indignación e injusticia» frente a los resultados.
Sin embargo, aun siendo Bolsonaro «jefe supremo» de las Fuerzas Armadas, estas han descartado cualquier apoyo a la tesis de un fraude electoral y han reconocido la victoria de Lula da Silva, cuyo equipo ya inició el proceso de transición.
Este miércoles 9 de noviembre, el Ministerio de Defensa, Paulo Sérgio Nogueira de Oliveira, entregó un informe elaborado por las Fuerzas Armadas al Tribunal Superior Electoral (TSE). Este documento detallaba que no existía ningún fraude o inconsistencia en las urnas electrónicas.
Los militares afirmaron que sí hay conformidad en los resultados de las elecciones durante los días de votación de 2 y 30 de octubre. Sin embargo, también señalaron que debido a la complejidad del sistema electrónico de votación, no se pudo revisar a fondo.
Bolsonaro se niega a la derrota
Jair Bolsonaro, actual presidente de Brasil, se tardó dos días para pronunciarse sobre el resultado de las elecciones. Pero, hasta el momento, no reconoce su derrota frente a Lula.
Además, el mandatario, después de las elecciones, estuvo fomentando entre la población un supuesto fraude, sin presentar ningún documento. Ello llevó a que tomara esta medida de enviar a las Fuerzas Armadas a verificar las urnas.
Por esta acción, Human Rights Watch sostuvo que los militares no deberían hacer este tipo de inspecciones, ya que no se les prepara para ello.