El déficit fiscal alcanzó un preocupante 4.0% del PBI anualizado en agosto del 2024, según el Área de Estudios Económicos del Banco de Crédito del Perú (BCP). Este nivel es el más alto desde 2020, lo que indica un aumento en el gasto público y una recuperación lenta de los ingresos fiscales, complicando el cumplimento de la nueva regla fiscal.
A pesar del incremento en la recaudación del Impuesto a la Renta (IGV), que creció un 16%, y del IGV interno, que aumentó un 7%, los ingresos fiscales solo subieron un 0.4% interanual. Esto representa el 18.9% del PBI, lo que pone de manifiesto la dificultad para mejorar la situación fiscal.
Los gastos no financieros se elevaron a un 21.2% del PBI, con un incremento significativo del 10.5%. Este aumento se debe principalmente a mayores remuneraciones en el sector público ya un notable crecimiento del 23.4% en la inversión pública.
La combinación de estos factores sugiere que el país enfrenta desafíos importantes en su gestión fiscal. La situación actual tomará medidas efectivas para revertir esta tendencia y asegurar una recuperación económica sostenible.
BCP se esfuerza
El BCP destaca que, a pesar de los esfuerzos por ajustar el fiscal, persisten factores externos que complican las cuentas públicas. Las iniciativas legislativas y las contingencias fiscales asociadas a Petroperú representan desafíos significativos que deben abordarse en el corto plazo.
En septiembre, Moody’s decidió mantener la calificación crediticia del Perú en Baa1, pero cambió su perspectiva de negativa a estable. Esta acción contrasta con las posiciones de S&P y Fitch, que conservaron sus calificaciones con una perspectiva negativa debido a la inestabilidad política y fiscal.
Los riesgos derivados de esta inestabilidad continúan afectando la confianza en la economía peruana. Es fundamental que se implementen medidas efectivas para mitigar estos riesgos y mejorar la situación fiscal del país.