Según BBVA Research, la actividad económica creció 9.7% interanual en setiembre, una tasa que se considera elevada debido al «efecto rebote» o una baja base de comparación con respecto al año pasado.
Para evitar tener en consideración el «efecto rebote» es más conveniente realizar una comparación entre las cifras del PBI de 2021 con las de 2019.
En esta comparación, se observa que en setiembre del presente año la actividad económica se aceleró 3.1%, la tasa de crecimiento más alta en lo que va del año, con respecto al 2019.
En el mes de setiembre destacó el desempeño del PBI no primario, el cual creció 4.0% con respecto al mismo mes del año 2019.
Esto debido al fuerte dinamismo de servicios como financieros y de telecomunicaciones y de la actividad constructora, esta última apoyada en la inversión publica, la autoconstrucción y el sector inmobiliario.
Asimismo, destacó la expansión de la manufactura no primaria, principalmente la vinculada a la producción de materiales y maquinas de construcción.
En el componente primario del PBI, es decir los sectores productivos relacionados a la extracción de recursos naturales, en el mes de setiembre se registró una construcción menor a la de meses anteriores debido al repunte del sector agropecuario y al mejor desempeño de la minería metálica.
En setiembre, la actividad económica habría avanzado 11.5% en el tercer trimestre con respecto al mismo periodo del año anterior, mientras que ha crecido 1.7% en comparación con el año 2019.
De esta forma, el PBI en agregado, se ubica por encima de los niveles de pre pandemia.
Los indicadores apuntan a que la tendencia de expansión de la economía se mantiene a inicios del cuarto trimestre. Sin embargo, el impulso parece dar muestras de flaqueza, según lo sugieren las cifras de BBVA Research con respecto a la producción de electricidad y el consumo interno de cemento.
En línea con lo anterior, según BBVA Research, se estima que el PBI habría crecido en octubre en torno a 1.0% frente al mismo mes del año 2019, con lo que el dinamismo habría sido menor que en el tercer trimestre (1.7%).
La estimación anterior es consistente con indicadores como la confianza empresarial, que debilitada por el ruido político, desde hace algunos meses atrás viene sugiriendo que la inversión se ralentizará más adelante.
En el mercado laboral, una es de cal y otra, de arena. El empleo nacional tropezó en setiembre, ya que la PEA ocupada se alejó de su senda de recuperación. No obstante, los trabajos formales generados por el sector privado pasaron a ubicarse en positivo en setiembre, por primera vez desde que inicio el estado de emergencia en el Perú.
La masa salarial a nivel nacional continúo aumentando, no obstante, la calidad de los empleos en Lima tuvo un ligero retroceso que llevó a cierta disminución en el ingreso promedio del trabajador limeño, de modo que la masa salarial de los trabajadores de la capital volvió a registrar cierto deterioro.
El crecimiento experimentó una aceleración en setiembre, sin embargo, los indicadores del BBVA Research, apuntan a un menor dinamismo a lo largo del cuarto trimestre, dado que el estímulo monetario local disminuye, la incertidumbre se sostiene en niveles elevados y los conflictos sociales se exacerban.
Para más información puede revisar el BBVA Research