Emprendimientos

Artesanitas Perú: la marca que apoya la reactivación económica de los artesanos cajamarquinos

Uno de los sectores más afectados por la pandemia fue la artesanía que, en el país, lo integran más de 80 mil personas, según el RNA. Con esto en mente nació Artesanitas Perú, un emprendimiento que apoya la reactivación económica de los artesanos cajamarquinos.
Por Verónica Delgado
4 minutos
artesanitas

Uno de los sectores más afectados por la pandemia fue la artesanía que, en el país, lo integran más de 80 mil personas, según el Registro Nacional de Artesanos (RNA).

Con esto en mente nació Artesanitas Perú, un emprendimiento que apoya la reactivación económica de los ceramistas cajamarquinos a través de la venta de tazas, macetas y jarrones hechos a mano.

maceta
Para los diseños propios, Diana se inspira en el trabajo de ceramistas internacionales. Aspira a alcanzar ese nivel con la esencia del producto peruano.

Diana Culqui (24), fundadora de la marca, nos cuenta que siempre buscó hacer un producto con la esencia de Cajamarca, su lugar de nacimiento. En setiembre del año pasado lo logró.

Un negocio trujillano-cajamarquino

Aprovechando que su familia paterna trabajaba este arte y el rubro se encontraba paralizado, Diana decidió aliarse con ellos para iniciar su emprendimiento.

El proceso empezaba con ella diseñando las piezas desde su casa en Trujillo. Luego enviaba los bosquejos a los artesanos, quienes procedían a crear los productos desde cero en su taller, situado en la sierra peruana. Una vez listos, eran enviados a la ciudad de la eterna primavera, donde Diana los revisaba y distribuía.

El sistema funcionó y hasta la fecha siguen operando así. Al mes reciben entre 60 a 70 pedidos. El producto estrella, nos confiesa su fundadora, depende mucho de la temporada. Por ejemplo, los más vendidos en invierno son las tazas, mientras que el éxito de la primavera o verano son, de lejos, las macetas y jarrones.

Un plus de esta marca es su servicio de personalización. El cliente puede pedir el diseño y tamaño que desee y Artesanitas lo hará.

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La creadora del emprendimiento nos explica que las tazas pasan dos veces por el horno artesanal para obtener un efecto vidriado.

“Nuestro diferencial es que podemos hacer productos personalizados. No tenemos competencia en Trujillo porque los negocios que hay traen sus piezas de Lima y las revenden acá”, explica la creadora de la marca.

En el ADN de este emprendimiento está el innovar siempre y ser creativos, indica la fundadora.

La prioridad de Artesanitas

Diana está presente durante toda la cadena de producción. Para asegurarse de que el resultado sea el esperado, viaja cada 15 días al taller en Cajamarca.

“Lo primero que reviso es el acabado del producto porque es lo que verá el cliente. La prioridad es que esté 100% satisfecho y si hay algún inconveniente, buscamos soluciones para que quede feliz”, sostiene.

Antes de que el producto sea pintado por última vez, se le manda una foto a la persona. De ser aprobado, pasa a la parte final del proceso y a su envío.

En el ADN de este emprendimiento está el innovar siempre y ser creativos. Apoyándose en esta idea, Diana lanzó este año un nuevo servicio: arreglos con flores secas. A fines del mes pasado armó un ramo para una boda que encantó a todos los asistentes.

Ha empezado a ofrecer este servicio de forma independiente para eventos o como un adicional a sus macetas y jarrones.

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Diana consigue algunas flores de la cosecha de sus padres, en Cajamarca, y las somete a un proceso de secado.

Nos comenta que un arreglo puede durar hasta 5 años, según la zona donde esté ubicado. En la playa, por ejemplo, tiende a vivir menos tiempo debido a la humedad.

La dueña de Artesanitas se muestra bastante alegre por su crecimiento. Agradece a su comunidad de Instagram que siempre la apoya y están pendientes de las novedades. “El año pasado inicié con 50 seguidores. Tomó su tiempo llegar adonde estoy, es un proceso, pero estoy feliz”.

¿La clave del éxito? Escuchar al cliente y la publicidad boca a boca.

A corto plazo quiere abrir su taller al público para que vivan la experiencia completa. Su meta es hacer que las personas participen del proceso de elaboración de una taza o maceta mientras disfrutan de las áreas verdes que rodean el espacio.

Y, más adelante, le encantaría tener un taller en Trujillo y ciudades del sur como Arequipa, donde hay bastante turismo.

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