Después de tener tu idea sobre el modelo de negocio que quieres plantear, debes decidir como rentabilizarlo. Esto a través de un plan de negocio.
Hay muchas formas de explicar cómo diseñar un modelo de negocio, pero “The Business Model” , es un lienzo que permite lanzar tu negocio de manera flexible, rápida y práctica. Mayormente usado por las Startup.
La propuesta de valor, lo que te diferencia de la competencia, debe llevarse a una serie de clientes, con los que tendrás que establecer una serie de relaciones a través de unos canales ya sean comerciales, Internet, tiendas offline, etc. Eso sería de puertas hacia fuera.
De puertas hacia dentro lo que debes puntualizar son las actividades y los recursos clave, es decir, lo que obligatoriamente tienes que hacer y lo que es crítico dentro de tu modelo de negocio, así como los socios clave con los que vas a trabajar. Y por último, y no menos importante que los otros elementos, la estructura de costes y las líneas de ingresos de tu negocio.
Asociaciones clave
Entre los emprendedores, cada día, hay un mayor interés por establecer acuerdos de colaboración con terceros para compartir experiencias, costes y recursos (socios estratégicos, socios industriales, socios inversores, economías de escala, etc.) que les permitan diseñar, desarrollar y gestionar sus proyectos de negocio.
Estructura de costes
Se debe definir cómo se financiara un negocio que al principio, no es rentable. Esto se hace mediante un análisis de tesorería y cálculo del dinero que se necesitará en el tiempo hasta que sea rentable.
Tu propuesta de valor
Es aquello que te hace diferente de la competencia y por lo que tu cliente está dispuesto a pagarte. Puedes tener la idea del siglo, pero si no tienes clientes, de nada sirve. Ambos –propuesta de valor y cliente– se necesitan como el oxígeno para respirar.
Muchos emprendedores se dedican a buscar cosas que a nadie se les haya ocurrido, cuando la mejor estrategia para un emprendedor es resegmentar un nicho.
Relaciones con los clientes
No menos importante, que el resto de elementos, es el tipo de relaciones que quieres establecer con cada uno de tus segmentos de clientes. Y las relaciones pueden ser, entre otras, personales (cara a cara, telefónicas, etc.), automatizadas (a través de tecnología como e-mail, buzones.), a través de terceros (externalización de servicios), individuales (personalizadas), colectivas (a través de comunidades de usuarios).
Actividades clave
Ésta es una de las piezas más complicadas de definir dentro de un modelo de negocio porque de ella depende que tengamos claro –y que así lo transmitamos al mercado– qué somos y qué queremos ser.
Recursos clave
Es el cómo vas a hacer tu propuesta de valor y con qué medios vas a contar: humanos, tecnológicos, físicos (locales, vehículos, naves, puntos de venta, etc.). Del estudio y análisis de este elemento depende, en gran parte, que el negocio llegue a ser viable porque mayores o menores recursos requerirán de mayores o menores esfuerzos financieros, intelectuales, de acuerdos con terceros, etc..
Fuentes de ingresos
Definir cuáles serán tus fuentes de ingresos. Eso sí, no las definitivas, porque todo negocio evolucionará y su modelo, también.
Segmentos de mercado
La propuesta de valor es importante, pero no más que los clientes. Son el centro de cualquier modelo, porque sin clientes no hay negocio. Muchos proyectos, equívocamente, nacen enfocados a producto y no al cliente. Tu idea puede ser
Canales
Este elemento incluye tanto los canales que vamos a utilizar para explicar a nuestros clientes cuál es la propuesta de valor como para ofrecérsela (venta y postventa). Así, un modelo podría elegir y/o combinar entre un equipo comercial propio, una tienda online, una tienda física propia o de terceros, mayorista, etc.