La actividad minera impulsa el desarrollo económico de las regiones a través de significativas transferencias mineras en regiones. El Ministerio de Energía y Minas (Minem) reveló los ingresos provenientes del sector minero en el primer mes del año, destacando la importancia de estos recursos para el desarrollo territorial.
Los departamentos de Áncash, Arequipa y Tacna lideran la captación de recursos mineros. El canon minero y las regalías generaron transferencias por más de 2,486 millones de soles, destacando el rol económico del sector extractivo en las transferencias mineras en regiones.
Liderazgo regional en transferencias mineras
Del total de recursos, 1,910 millones corresponden al canon minero, mientras que 576 millones provienen de regalías legales y contractuales. La distribución beneficia directamente a diferentes niveles de gobierno: 462 millones para gobiernos locales, 86 millones para gobiernos regionales y 26 millones para el gobierno nacional.
Áncash lidera con 617 millones de soles, representando el 24.8% del total de transferencias mineras, gracias a la operación de Antamina. Arequipa sigue con 467 millones (18.8%) por la actividad de Cerro Verde, y Tacna completa el top con 288 millones (11.6%) por la mina Toquepala.
Impacto económico y proyecciones
El Minem destaca que estas transferencias mineras permitirán a los gobiernos subnacionales ejecutar proyectos estratégicos. Los recursos se orientarán a la diversificación productiva, mejora de infraestructura y fortalecimiento de capacidades locales, consolidando el papel fundamental de las transferencias mineras en el desarrollo regional.
Los expertos señalan que el flujo de transferencias mineras refleja la robustez del sector extractivo peruano. La distribución equitativa de estos recursos busca promover el desarrollo sostenible de las regiones con mayor actividad minera, generando un impacto económico significativo más allá de las zonas de extracción.
Las transferencias mineras también juegan un papel crucial en la reducción de brechas económicas entre regiones. Permiten a las localidades con menor desarrollo económico acceder a recursos que pueden transformar su infraestructura, educación y capacidad productiva.
El modelo de distribución de estas transferencias mineras en regiones busca crear un círculo virtuoso de inversión y desarrollo. Al reinvertir los recursos generados por la actividad minera en las propias comunidades, se fomenta un crecimiento económico más equilibrado y sostenible.