En el círculo del presidente electo del Perú, Pedro Castillo, se habla sobre la idea de una “economía popular con mercados”, la misma que ha sufrido una evolución en los últimos meses.
El nuevo mandatario, cuya toma de posesión está prevista para el 28 de julio, impulsa un cambio que puede alterar los fundamentos económicos que han guiado al país en las últimas décadas.
¿De qué cambio se trata?
BBC Mundo hizo un análisis y resulta que el concepto de “economía popular con mercados” no aparece en ningún texto económico.
Originalmente fue definido como una mezcla entre la experiencia de los exmandatarios Evo Morales (Bolivia) y de Rafael Correa (Ecuador).
En este sentido, sería una especie de “evocorreísmo” a la peruana, bajo las directrices de un Estado planificador, empresario, industrializador y protector.
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Giro tras la segunda vuelta
Sin embargo, cuando inesperadamente Castillo pasó a segunda vuelta, se produjo un giro.
El candidato fichó nuevos jugadores en su equipo técnico. Entre ellos, Pedro Francke.
Sinecio López, sociólogo y académico de la Pontificia Universidad Católica del Perú, dijo a BBC Mundo que el equipo técnico del nuevo mandatario representa una izquierda moderna.
Pedro Francke argumentó que la economía popular con mercados «es un modelo de libre actuación de la empresa privada, como lo hemos tenido hasta ahora, pero con un mayor componente redistributivo de parte del Estado».
«Hay que redistribuir la riqueza, en particular la riqueza minera», sostuvo.
Francke adelanta que se pretende que los fondos provenientes de las políticas de redistribución de la riqueza sean destinados a un aumento del gasto social en salud y educación, y a un mayor apoyo a los microempresarios de la ciudad y del campo.
Economía boliviana
Apuntó que no quieren una propuesta estatista al estilo Cuba o Venezuela y agregó que el país que más se asemeja al sistema económico que buscan es Bolivia.
«Hay una cierta cercanía con la experiencia de Evo Morales en Bolivia, pero digo cierta, porque tenemos una propuesta nacional y cada país es distinto», aclaró.
La economía boliviana, explica, “tiene un buen componente de impuestos, pero en la producción petrolera y de hidrocarburos, siguen las empresas transnacionales”.
«En el sector industrial y agrario, también hay empresas privadas y no existe control de precios», explicó.
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País minero
Dado que una de las mayores fuentes de ingresos del país proviene del sector minero, la incertidumbre sobre unas eventuales nacionalizaciones mantiene en vilo a quienes esperan que Pedro Castillo explique hasta dónde piensa llegar.
Según Gestión, el presidente electo ha dicho que Tía María y Conga “no van”, una decisión que puede suponer dejar de ingresar miles de millones de dólares.
Asimismo, señaló que planea renegociar los contratos con empresas transnacionales para que el 80% de las utilidades permanezca en Perú y el resto se quede en manos de las firmas.
En teoría, estas renegociaciones estarían enfocadas en el sector minero y el gas, pero persisten las interrogantes sobre si podrían expandirse a otras industrias.
Castillo también dijo durante la campaña que iba a prohibir las importaciones de productos que se producen en Perú, pero posteriormente moderó los comentarios, argumentando que su objetivo es proteger a los productores peruanos.
Son ese tipo de cambios en el discurso los que han generado preocupación.
Declaraciones de Pedro Francke
El portavoz económico de Castillo ha insistido recientemente en que el nuevo gobierno promoverá una economía de abierta, pero con mayor énfasis en lo social.
«La idea básica es que se mantendría una economía de mercado. No es una idea de intervencionismo masivo del Estado en la economía», sentenció.
En ese sentido, Francke postula priorizar un aumento de los impuestos mineros y luchar contra la evasión y elusión de los tributos.
El hombre que sería el encargado de dirigir la ruta económica de Perú es considerado como un economista moderado de izquierda que puede sentarse a conversar con líderes sociales y con inversionistas de Wall Street.
El exdirector de la agencia peruana de seguridad social Essalud fue claro en señalar que el plan económico no considera expropiaciones o “confiscaciones de ahorros”.