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Turismo con sabor a Piura

Por César Flores Córdova Publicado: Últ. actualización: 28 mayo, 2020 22:31
3 minutos

Además del turismo de playas debemos pensar en diversificar y potenciar otras oportunidades de oferta turística. El de playas sabemos que, aunque masivo y convencional, es muy variable en sus temporadas, beneficios directos y sustentabilidad. Por tanto, aunque MINCETUR priorice esta tipología en el norte y conduzca toda su maquinaria publicitaria y de inversión en litorales como el piurano y tumbesino, la estrategia regional debe buscar nuevos horizontes.

Sería complejo y todavía difícil abrirnos camino para posicionar nuestra zona altoandina como un destino macroregional altamente atractivo y visitable para nuestros compatriotas y extranjeros. A pesar de paisajes y sitios patrimoniales de excepcional belleza, las provincias de Ayabaca y Huancabamba padecen agudos problemas de infraestructura que son los primeros que debemos cubrir para garantizar su desarrollo. Cosa que no pasa con las provincias costeras, a pesar de los estragos del FEN Costero y las rehabilitaciones antitécnicas y de dudosísima ética.

Debemos invertir en tipologías de turismo cuyos atractivos tengamos a disposición y que, además de garantizar buenos retornos económicos y sociales, permitan generar mercados alternos y nuevas demandas que impulsen el resto de industrias en la región. Y una de esas tipologías es el turismo gastronómico: el placer de viajar para descubrir y saborear la cocina de un lugar.

Ocho de cada 10 vacacionistas extranjeros consideran que el Perú es un destino gastronómico. Somos reiterados ganadores de “Mejor Destino Culinario de Sudamérica” y “Mejor Destino Culinario del Mundo”, además de anfitriones de la feria gastronómica más importante de Latinoamérica (MISTURA). Con una variedad culinaria que involucra ingredientes oriundos, recetas exquisitas y espacios de consumo milenarios, no queda sino confirmar que la expectativa por la gastronomía peruana no es sólo al interior del país sino continental y mundial. Pero ¿Qué papel jugarían regiones como Piura, Lambayeque o Tumbes en ello?

A pesar que no contamos con estadísticas y estudios sectoriales, en el norte se respira playa y buena comida. La gastronomía piurana se encuentra bien posicionada en la mente de consumidores nacionales si a sabor y exquisitez nos referimos. Y parte de las expresiones culturales más identitarias de la región parten precisamente de la cocina tradicional. De ahí que es meritorio pensar en potenciar el turismo gastronómico y posicionar a Piura como destino culinario del país. Buenos ingredientes, buenas recetas y platos, y buenos cocineros y ambientes: todo a completa disposición aquí.

Sin embargo, al hablar de una estrategia de turismo gastronómico no hablamos simplemente de montar ferias más seguidas y vistosas, o auspiciar videos promocionales y llevar potajes a festivales foráneos. Debemos gestionar e implementar actividades y proyectos de forma profesional y con la inversión necesaria: desde rutas temáticas debidamente señalizadas y con equipamientos de recepción e información bien abastecidos, hasta la fiscalización y ordenamiento de los establecimientos de comida típica, mejoramiento de cocinas, servicios de atención, transporte al turista debidamente capacitado, protección de especies en veda, exposiciones itinerantes, inventarios culinarios, concursos de innovación gastronómica, etcétera.

Si algo debe priorizar los organismos de turismo como Dircetur en los próximos meses y años, debe ser la diversificación de nuestra oferta turística. Y una primera oportunidad –que cae de madura- es la gastronomía como motor turístico. Velemos para que se asuma de forma responsable y comprometida la promoción de los gobiernos subnacionales en esta tarea, porque los privados y ONG ya caminan solos en ello con dificultad. Por tanto, que sea parte de la reflexión por el voto y las nuevas gestiones: Turismo con sabor a Piura.